lunes, 16 de noviembre de 2015

Ejercicios de propiocepción para la rodilla

La propiocepción es la conciencia de la posición y movimiento de uno mismo. Esto supone un conocimiento en tiempo real de la propia postura, global y parcial, y de la misma en relación al espacio. Supone también la consciencia de la dirección, trayectoria, velocidad y fuerza global del cuerpo y de cada una de sus partes.

La propiocepción es posible gracias a la comunicación que se establece entre los receptores exteroceptivos e interoceptivos y el sistema nervioso central. Gracias a ella las personas nos desenvolvemos en el medio, coordinamos nuestros movimientos y los corregimos en función de las necesidades del momento.

Así pues, los ejercicios propioceptivos persiguen la mejora de los movimientos y respuestas, fortaleciendo la musculatura y el conjunto de la articulación y preparándola para una mejor respuesta a las exigencias del momento, ya sean previstas o imprevistas. Por ejemplo, una ejecución más consistente de movimientos esquiando, o una respuesta firme ante una torcedura, corriendo por la montaña.

En relación al fortalecimiento de la rodilla, de manera general, la programación de ejercicios propioceptivos para esta articulación deberá buscar:

- Potenciar el sistema musculo-tendinoso.
- Generar situaciones controladas de bloqueo dinámico de la articulación, a través de la contracción sinérgica de grupos musculares agonistas y antagonistas.
- Generar multitud de situaciones en las que se varíe la resistencia, la velocidad de ejecución, el tipo de fuerza... para una mejor adaptación multitud de situaciones
- Prevenir las posibles lesiones por movimientos forzados. Evitar, por ejemplo, la hiperextensión, la hiperflexión con carga o la rotación forzada.

Además, existen estudios que demuestran que el trabajo de propiocepción  disminuye la incidencia de lesiones de esta articulación, por ejemplo en relación a la lesión del ligamento cruzado anterior de la rodilla (Caraffa A, Cerulli G, Projetti M, Aisa G, Rizzo A. A prospective controlled study of proprioceptive training. 1996).

Algunos ejemplos de ejercicios propioceptivos para rodilla son:

- Haciendo equilibrio monopodal, con la rodilla en semiflexión, mover de forma controlada la pierna que queda suspendida en diferentes direcciones.
- En bipedestación, sobre una superficie inestable (como un bosu) realizar flexión - extensión de rodilla, sin llegar a la máxima extensión.
- Realizar estos ejercicios con los ojos cerrados, eliminando referencias visuales.

- Realizar recepciones con las manos de una pelota lanzada por un compañero, mientras se está en apoyo unipodal y en semiflexión de rodilla.

Autor: Juan José Zabala

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