La propiocepción es la conciencia de la posición y
movimiento de uno mismo. Esto supone un conocimiento en tiempo real de la
propia postura, global y parcial, y de la misma en relación al espacio. Supone
también la consciencia de la dirección, trayectoria, velocidad y fuerza global
del cuerpo y de cada una de sus partes.
La propiocepción es posible gracias a la comunicación que
se establece entre los receptores exteroceptivos e interoceptivos y el sistema
nervioso central. Gracias a ella las personas nos desenvolvemos en el medio,
coordinamos nuestros movimientos y los corregimos en función de las necesidades
del momento.
Así pues, los ejercicios propioceptivos persiguen la
mejora de los movimientos y respuestas, fortaleciendo la musculatura y el
conjunto de la articulación y preparándola para una mejor respuesta a las
exigencias del momento, ya sean previstas o imprevistas. Por ejemplo, una
ejecución más consistente de movimientos esquiando, o una respuesta firme ante
una torcedura, corriendo por la montaña.
En relación al fortalecimiento de la rodilla, de manera
general, la programación de ejercicios propioceptivos para esta articulación
deberá buscar:
- Potenciar el
sistema musculo-tendinoso.
- Generar situaciones
controladas de bloqueo dinámico de la articulación, a través de la contracción
sinérgica de grupos musculares agonistas y antagonistas.
- Generar multitud de
situaciones en las que se varíe la resistencia, la velocidad de ejecución, el
tipo de fuerza... para una mejor adaptación multitud de situaciones
- Prevenir las
posibles lesiones por movimientos forzados. Evitar, por ejemplo, la
hiperextensión, la hiperflexión con carga o la rotación forzada.
Además, existen estudios que demuestran que el trabajo de
propiocepción disminuye la incidencia de
lesiones de esta articulación, por ejemplo en relación a la lesión del
ligamento cruzado anterior de la rodilla (Caraffa A, Cerulli G, Projetti M,
Aisa G, Rizzo A. A prospective controlled study of proprioceptive training.
1996).
Algunos ejemplos de ejercicios propioceptivos para
rodilla son:
- Haciendo equilibrio
monopodal, con la rodilla en semiflexión, mover de forma controlada la pierna
que queda suspendida en diferentes direcciones.
- En bipedestación,
sobre una superficie inestable (como un bosu) realizar flexión - extensión de
rodilla, sin llegar a la máxima extensión.
- Realizar estos
ejercicios con los ojos cerrados, eliminando referencias visuales.
- Realizar
recepciones con las manos de una pelota lanzada por un compañero, mientras se
está en apoyo unipodal y en semiflexión de rodilla.
Autor: Juan José Zabala
No hay comentarios:
Publicar un comentario